viernes, 1 de junio de 2012

Rentabilidad VS Responsabilidad


Lo que empezó siendo una combinación avaricia desmedida y absoluta falta de decoro se transformó en desfachatez, impregnada de grandes dosis de cinismo. Sin embargo hoy parece haberse transformado en algo peor, en simple y llano “hijoputismo”, y del peor calado imaginable. La decadencia es absoluta. No es que la línea roja haya sido cruzada hoy, eso ocurrió hace mucho tiempo, lo que se está cruzando estos días es el límite ciudadano de aguante a una serie de severos ataques dirigidos desde hace años. Lo que se está imponiendo desde las oligarquías a los países que ellos mismos denominan como “cerdos” (PIIGS), es un auténtico despropósito que, de no detenerse, acabará mal. Muy mal. Como el puto rosario de la aurora.

Hoy los dos grandes generadores de opinión, lo que viene siendo la propaganda oficial, aún pretendiéndose de distinto signo, abren sus ediciones digitales con el mismo titular. “La prima de riesgo en máximos pese a la ofensiva diplomática del Gobierno”. Algo está muy mal si nos tragamos esto. Pero algo puede estar mucho peor si realmente los políticos se creen esto. O nos hemos vuelto todos locos, o todavía no sabemos cómo funciona el juego. Ahora resulta que “los mercados” además de estar entre lo humano y lo divino, son también objeto de la diplomacia internacional, o, como alguien podría interpretar, se encuentran a nivel de Estado,  incluso superior. Quizás lo próximo sea su entrada física en organismos internacionales, como la ONU, de multinacionales del refresco, el armamento, las finanzas… (y digo física porque en cierto modo sus intereses ya están representados en cualquier tipo de institución nacional o internacional). 

“Los mercados”, está bien repetirlo de vez en cuando, tienen nombres y apellidos, y sólo se mueven por dinero, la rentabilidad que llaman. Comprar barato y vender caro. Y no hay más, por lo menos de momento. No aprueban ni desaprueban las medidas del Gobierno, de hecho es posible que les importen una puta mierda. Lo que sí les importa es la oportunidad de negocio, como por ejemplo obtener dinero al 1% y comprar deuda al 6%, o como hemos visto estos días, vender un sustancial paquete accionarial a primera hora, provocando pánico,  y volver a comprarlo al día siguiente a un precio notoriamente inferior (véase caso Bankia). Ren – ta – bi – li – dad, ni más, ni menos, y mientras no se ponga coto a esto, no hay salida posible. Si realmente queremos salir habrá que sustituir rentabilidad por responsabilidad. Primero justicia, luego ya veremos.

Y es que la carga ideológica resulta hoy en día evidente, aunque en realidad cuesta mucho llamar ideología al cóctel de avaricia y ansias de poder (mezclado pero no agitado) que se ha apoderado de la clase dominante. Nos dicen desde Bruselas que necesitamos más esfuerzos para ajustar el déficit, pero no se quedan ahí, como supuestamente deberían. Imagino que “recomendados” por otras instancias, privadas por supuesto, nos dicen que tiene que ser subiendo impuestos y recortando el Estado de Bienestar. ¡Y todavía hay millones de ciudadanos que lo aceptan! No se piense que recomiendan luchar contra el fraude fiscal, a las grandes fortunas ni las toques. ¡Es del todo inaceptable! (En este punto, cabría recordar que en un principio los países de la Unión Europea somos socios, y no recuerdo que entrar en la misma suponía una subordinación a los dictados alemanes). Tú como socio, si entre todos llegamos a un acuerdo, podrás pedirme que me ajuste a unas cifras, pero no puedes ni debes decirme cómo, eso es una increíble falta de respeto, es un insulto, una agresión a la soberanía nacional. ¿Cómo te sentaría a ti personalmente que alguien de fuera te diga cómo gestionar tu casa? Y no solo eso, que te tachen encima de vago, de irresponsable, de cerdo (PIIGS), actuando groseramente en consecuencia. ¿Es está la Unión Europea dónde queremos vivir? ¿Una Europa con oligarquías dominantes sustentadas por los países de tercera?

Nos han pastoreado como a ganado bajo la amenaza de llevarnos al corral, y el corral tiene cada día peor pinta. Sólo los ciudadanos de a pie podemos invertir esto, y son las pequeñas acciones las que cambian el mundo. Una  prueba de ello es la misma oligarquía que nos domina. Están ahí porque nosotros lo hemos hecho posible. Están ahí porque cuando comenzó el sistema bancario la gente confió en él, porque poco a poco, todo el mundo fue poniendo dinero en él y lo que empezó siendo un hábito de cientos de personas, ahora es utilizado por todo el mundo. 

Somos nosotros los que tenemos el poder, al fin y al cabo, si ellos están donde están, es porque nosotros lo permitimos. Cambiar rentabilidad por responsabilidad está en nuestras manos, en nuestra cesta de la compra, en nuestro depósito bancario… 

Que no te engañen, el futuro, aún negro, es nuestro.

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